Gratitud

Gratitud... Es lo bueno que sale del corazón y se expresa con palabras y acciones, es auténtica relación íntima con Dios en obediencia, consagración, es despojarnos de ego y autosuficiencia. El apóstol Pablo nos exhorta a vivir gozosos, a ser agradecidos todo el tiempo, la ingratitud es señal de pobreza espiritual y la gratitud emerge de un corazón que ama al Padre Eterno, a su prójimo porque Él nos amó primero. 1 de Juan 4

Gratitud... Jesús sano 10 leprosos y solo uno que era samaritano regresó para agradecer, dando grandes voces se postro rostro en tierra a los pies de Jesús por lo que Él Señor le pregunto: ¿Acaso no fueron sanos los diez?  ¿Dónde están los otros nueve? y luego le dijo: Levántate y vete, tu fe te ha sanado. Así sucede hoy día con la mayoría de la gente, todos se acostumbran a recibir pero se olvidan de agradecer.

Gratitud... La ingratitud hiere y lastima el corazón de Dios, los nueve leprosos en un acto innoble y egoísta corrieron a lo suyo propio, fueron indiferentes, pero uno marco la diferencia y regreso a la fuente de su sanidad para agradecer. Acerquémonos al Señor en oración con agradecimiento, entremos por sus atrios con alabanza, exaltamos  y bendigamos su Santo Nombre. Un alma agradecida reconoce que lo bueno es una dádiva de Dios. Honramos a nuestro Señor cuando expresamos con sinceridad gratitud, esas palabras se escuchan en el cielo, suben como aroma grato ante su presencia santa.