No pierdas la fe... Aunque un ejército acampe contra nosotros, no debemos temer, aunque se levante guerra estemos confiados. Digamos a nuestra alma: Por qué te abates, oh alma mía, porque te turbas dentro de mí? espera en el Padre Eterno y alábale. Salmo 42. A solas en nuestro cuarto dialogamos con el Señor con la seguridad que Él nos escucha. Dios nos ama de verdad y nos dará lo que nos convenga en su tiempo. Jesucristo es nuestro sumo sacerdote e intercede por nosotros a la diestra del Padre Celestial.
No pierdas la fe... No te desgastes en ritos y en creencias de la nueva
era, no necesitas amuletos, Dios es infinitamente Poderoso. No consultes psíquicos,
ni adivinos, ni brujos, ni andes buscando ayuda humana, busca a Jesucristo
el ungido de Dios. Acuérdate que Jesucristo dijo: Si permanecéis en mí, y mis palabras
permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os
será hecho. Juan 15:7 Y eso de permanecer no es más que obedecer sus
mandamientos, tener respeto hacia Dios, dominar los deseos carnales de los ojos,
la lengua, los oídos y los pies para no salirnos de la senda del
camino angosto que conduce a la vida eterna.
No pierdas la fe... Es bueno vivir en paz, en fe y en amor agradando a Jesucristo nuestro Pastor, ayudador, proveedor y protector. Él nos libra del
opresor, de los enemigos ocultos y del mal, extiende su brazo poderoso y nos
saca de en medio del peligro. Nuestro Padre es Todopoderoso, sus misericordias
son nuevas cada día, es nuestro poderoso gigante. Honremos al creador
y Él recompensará nuestra fe en público. Levantemos nuestra mirada al cielo y
bendigamos su santo Nombre porque nada es imposible para Él.